Dracula Dossier 37 - Roma. Enemigo a las puertas. 516a4z

Mina Harker no es la joven británica que se movía elegantemente vestida por un londres decimonónico. Mina Harker es otra criatura y ahora su naturaleza está en conflicto. Hay en su interior un monstruo y un ser humano. En una pequeña habitación de un sótano de Roma, en una cama, vestida con una especie de pijama, con el suero alimentando sus dos brazos, suero que ha sintetizado la doctora Jacqueline Seward, Mina Harker se incorpora en la cama con gestos de sorpresa y mira a la mujer que tiene delante.

Cuando Léa entra en la habitación de Mina, coge una silla que hay en una esquina de la habitación y la arrastra cerca de la cama.

Hola Mina. ¿Qué quieres? Sólo quiero saber cómo estás, salir de... bueno, sacarte de donde te sacamos. Fue algo tumultuoso y estos días aquí encerrada, la doctora Seward ha hecho lo posible porque estés cómoda y por cuidarte tal y como lo estaba haciendo allí. Sólo me quiero asegurar de que todo está bien. Se mira el suero, las vías por las que entra la química. Estoy bien. ¿Dónde está Jonathan? Jonathan está a salvo y seguro.

¿Cuándo fue la última vez que le viste? Suspira. ¿Jonathan? Sí. Los recuerdos están fragmentados.

Los recuerdo cuando volvió de Rumanía y luego hay algo rojo, oscuro, hay dolor pero no alcanzo a llegar. Mina, ¿tú eres consciente de quién es Drácula? ¿Tienes recuerdos de él? El monstruo que cazábamos. Verás Mina. Y acerco un poco la silla hasta ella. Mis compañeros y yo tenemos mucho interés por saber dónde está. Queremos encontrarlo y además queremos que no nos encuentre.

Y esperamos que tú nos puedas ayudar con eso. Se puede esconderse por completo. No de él, pero os ayudaré. Si me dejáis ver a Jonathan. Eso va a ser complicado Mina. Primero porque tenemos que movernos. Tenemos que movernos sin que Drácula nos encuentre. O más rápido que Drácula, o escondiéndonos lo suficientemente bien como para que podamos llegar a él.