El doble de voz de Churchill 3k154w

Bienvenido a un nuevo episodio de La Trinchera, el podcast del El Cajón de Griswold. Su voz es perfectamente reconocible con tan sólo un par de palabras y forman parte de la banda sonora de la Segunda Guerra Mundial. Tan conocida como la de su archienemigo Adolf Hitler, siempre suena decidida y cargada de pasión.

El 4 de junio de 1940, frente al Parlamento británico, el nuevo primer ministro Winston Churchill, que había sido designado ya el 10 de mayo para ocupar el despacho de Downing Street, habló sobre la guerra y los duros años de lucha que vendría. El discurso lo dio un poco después de la evacuación de las tropas británicas de Dunkerque, pero antes de la derrota final y la rendición de Francia ante los alemanes que tuvo lugar ese mismo mes.

Gran Bretaña se enfrentaría a ella sólo al nazismo si era necesario, en un discurso que pasó a la historia. La derrota fue vendida como un gran éxito gracias a la evacuación de más de 300.000 soldados de las playas sas. De hecho, los últimos en llegar a salvo a las costas británicas lo hicieron casi a la misma hora en la que Churchill hablaba ante el Parlamento.

Churchill necesitaba que Estados Unidos entraran en la guerra junto a Gran Bretaña y para ello preparó un discurso muy cuidadosamente, porque sabía que la posible invasión de las islas británicas era factible. Fue un discurso dramático, realista, con cierto optimismo mezclado con un resignado fatalismo que terminó de modo glorioso.

We shall fight with growing confidence and growing strength in the air.

We shall defend our island, whatever the cost may be. We shall fight on the beaches, we shall fight on the landing grounds, we shall fight in the fields and in the streets, we shall fight in the hills. We shall never surrender.

Pues siento defraudarte, pero no es el auténtico Churchill el que se escuchó por la radio. La voz que escuchamos es la del actor Norman Shelley que lo imitaba a la perfección. Para imitarle incluso se quitó su dentadura postiza, ya que el primer ministro también la usaba y se le solía mover. Esto hacía precisamente que tuviera un tono peculiar y le costara en ocasiones hablar con claridad, especialmente en francés cuando discutía con el general de Gaulle.

Todo se mantuvo en saqueto de guerra durante décadas y tanto Churchill como Shelley no lo desvelaron y se llevaron a su tumba. Por aquella época ni el parlamento británico estaba equipado para grabar las sesiones ni lo hacía la BBC. Y como la propaganda británica de guerra sabía de la gran importancia de aquel discurso, había que conseguir que la voz del primer ministro llegara al mundo con la misma fuerza y la misma intención que en el parlamento.

Intentaron convencer a Churchill de grabarlo para emitirlo a través de las ondas pero no estuvo muy dispuesto a ello pues le preocupaba mucho más luchar contra Hitler y además se encontraba preparando otro discurso que dio el día 18 de junio y que tampoco fue grabado. Fue el llamado This was the finest hour que traducido sería esta fue su hora más gloriosa.

El poder y la furia del enemigo tendrán que volverse muy pronto a nosotros.

Hitler sabe que tendrá que rompernos en esta isla o perder la guerra.

Si podemos levantarnos ante él, toda Europa podrá ser liberada y la vida del mundo podrá avanzar hacia la tierra subterránea. Pero si fallamos, entonces todo el mundo incluyendo los Estados Unidos, incluyendo todo lo que hemos conocido.