Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
Terror junto a la hoguera
El Demonio de Semana Santa - Parte IV: Domingo de Resurrección

El Demonio de Semana Santa - Parte IV: Domingo de Resurrección 4z352e

14/5/2025 · 06:06
0
43
Terror junto a la hoguera

Descripción de El Demonio de Semana Santa - Parte IV: Domingo de Resurrección y2m64

El ritual ha llegado a su fin… O eso cree el inspector Darío Vergara. En esta última y perturbadora entrega de El Demonio de Semana Santa, el día de la resurrección se convierte en el escenario del renacimiento del mal. Bajo el Templo del Silencio, un altar de carne, sangre y símbolos infernales aguarda la llegada del Anticristo. El asesino ya no es humano. El demonio ha tomado forma. Y su nuevo templo… ha sido elegido. ¿Puede un hombre detener a una entidad ancestral? ¿O solo está retrasando lo inevitable? El fuego ya no da calor. Solo anuncia que las sombras volverán… el próximo año. Terror junto a la Hoguera cierra esta saga con un final que marca un nuevo comienzo. Apaga las luces. Quédate hasta el final. Y escucha… porque cuando las llamas danzan, el mal despierta. 4d1s59

Lee el podcast de El Demonio de Semana Santa - Parte IV: Domingo de Resurrección

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Bienvenido, te acercaste al fuego buscando calor, pero lo que encontraste fue algo muy distinto.

Las historias que escucharás te envolverán en un manto de misterio, miedo y oscuridad.

Apaga las luces, deja que el crepitar de la hoguera sea tu compañía.

Esto es terror junto a la hoguera.

¿Estás listo para quedarte hasta el final? El demonio de Semana Santa. Parte 4.

Domingo de Resurrección.

Domingo de Resurrección.

Para los creyentes, el Día de la Luz.

Para los condenados, Día del Recimiento.

De algo que jamás debió volver.

Taxel lo había preparado todo.

Las ofrendas, los símbolos, las profanaciones.

Y hoy, el anticristo abrirá los ojos.

El inspector Darío Vergara llegó al lugar antes del amanecer.

El Templo del Silencio.

Una cripta subterránea olvidada bajo el convento.

El convento más antiguo de la ciudad.

Los informes hablaban de luces extrañas, cantos inhumanos y figuras encapuchadas entrando en la madrugada.

Pero cuando la policía llegó, no encontraron a nadie.

Solo un aroma a carne quemada y azufre flotando en el aire y una inscripción en piedra.

Hoy nace el antihijo.

Medianoche.

Todo será uno.

Mientras, en un habitáculo oscuro donde los murciélagos son plaga, en el centro de éste, cinco cuervos forman una estrella.

Cada uno, una víctima de los días anteriores.

Ahora reanimada por energía oscura.

Aún sangrando.

Aún llorando.

Y sobre ellos, un altar de carne viva palpitaba.

Y el poseído vestía una túnica ensangrentada.

Su rostro no era de éste mundo.

Los ojos completamente negros.

La boca deformada en una sonrisa imposible.

Era un hombre que ya no era un hombre.

Era Zaxel encarnado.

Pero de repente, Inspector Vergara apareció.

Y apuntó su arma.

Su mano temblaba.

¡Demonio! Esto termina aquí.

Se rió el demonio.

Zaxel respondió con una voz demoníaca y gutural.

¡No, Darío! ¡Esto sólo comienza! El inspector disparó.

Pero una bala no puede matar a un dios oscuro.

Pero puede interrumpir su nacimiento.

Zaxel cayó.

El cuerpo del poseído convulsionó.

El ritual se desestabilizó.

El símbolo de la invocación se quebró.

El inspector creyó haber ganado.

Hasta que sintió ese ardor en su pecho.

Una sombra escapó del cuerpo muerto y lo atravesó.

Y ahí lo supo.

¿Qué me hiciste? Dijo jadeando el inspector Vergara.

Y Zaxel, ya dentro de su mente, le hablaba.

¡Eres fuerte, Darío! ¡Me has elegido sin saberlo! ¡Serás mi nuevo templo! ¡Esperaremos un año más! La policía encontró al inspector al amanecer.

Solo, de rodillas.

Sangre en sus manos, ojos en blanco, pero vivo.

Dijeron que había detenido al asesino.

Que todo había terminado.

Pero en su interior, Zaxel sonreía.

Ya el lunes de Pascua, el inspector, de madrugada, desde lo alto de la ciudad, hablaba para sí mismo.

Hoy es Pascua. La ciudad respira.

Todos creen que hemos vencido.

Pero yo lo escucho, cada noche, dentro de mí.

Comentarios de El Demonio de Semana Santa - Parte IV: Domingo de Resurrección 5z5q6y

A