Deja de Evitar la Ansiedad y Empieza a Recuperar tu Libertad | 327 6m4168

Hola, ¿cómo estás? Te doy la bienvenida a este espacio semanal de Psicología y Desarrollo Personal. Te saluda Elena Echeguerría, psicóloga y fundadora de psicoguias.com.

La propuesta de hoy es que podamos trabajar el tema de la ansiedad, concretamente revisando todas aquellas estrategias de funcionamiento, todo aquello que hacemos cuando aparece la ansiedad, porque probablemente es lo que te está dificultando que puedas sentirte capaz, con más libertad, con mejor manejo de aquello que sientes, de aquello que piensas asociado a la ansiedad. Y concretamente hay una estrategia que se trata de verlo así, aunque quizás no seamos conscientes, se trata de una manera de funcionar que si la ansiedad lleva mucho tiempo contigo, seguro que la tienes muy presente. Y es la evitación. Evito sentir la ansiedad y hago de todo. Y aquí es importante que hagas conciencia, que observes todo lo que haces para evitar, entre comillas, encontrarte con la ansiedad. Es como una persona muy incómoda que no quiero ver nunca y hago de todo. Aunque me arruine el trabajo, aunque me arruine las relaciones, aunque deje de hacer cosas importantes, no quiero encontrarme con la ansiedad.

Y esto hemos visto que no funciona, que no nos ayuda, que el sufrimiento sigue ahí, pero es como algo automático, es como que todas las conexiones de nuestro cerebro ya funcionan de esa manera, es como ya cuando voy a conducir, ya cuando cojo mi coche, voy automáticamente por el mismo camino. Y ese automático es la evitación. Huyo de cualquier sensación incómoda que esté en mi cuerpo, que ya percibo que esa ansiedad, aunque sea a un nivel bajo, ya automáticamente me intento distraer, intento que alguien me calme, intento hacer otra cosa, intento ponerme a llenar mi agenda, intento darle vueltas en la cabeza. Cada uno tiene, entre comillas, formas de afrontar. O me encuentro con una situación que me da miedo, tengo que afrontar, enfrentarme a salir a la calle, o tengo que ir a una entrevista de trabajo, o tengo ya que plantearme que hay ciertos miedos que tengo que empezar a vencer, y lo que hago es sigo evitando. Y sigo evitando e intento hacer otras cosas, intento que no se me note, porque yo no me puedo enfrentar a eso, porque yo no soy capaz. Y en esa evitación mi mundo se va haciendo más pequeño. Y esto muchas veces es lo que nos ayuda a veces a movilizar, querer salir de la ansiedad.

Porque cuando nuestro mundo se va haciendo más pequeño, cada vez va ganando más terreno el miedo, esa sensación perpetua de amenaza, entendemos que tenemos que dar un giro de volante e ir por ciertos caminos diferentes. Y obviamente esto no se va a construir, porque tenemos que construir esas nuevas conexiones en nuestro cerebro de la noche a la mañana. Incluso cuando intentamos hacer ciertos cambios, ya ponemos la etiqueta de es muy lento, a mí no me sirve, a mí no me funciona, fíjate cómo estoy sufriendo, y volvemos al automático. Muchas veces no damos el permiso de estar el suficiente tiempo en esa conducción más consciente, más real, más de darme cuenta por el camino que voy. Con este ejemplo de ir conduciendo se trata de que tú entiendas que en ese conducir consciente tienes que ir aprendiendo a estar con las sensaciones físicas, tienes que ir aprendiendo a manejar tus pensamientos. Y de alguna manera esto nos va a ir llevando al destino que queremos, a sentirnos con más calma, con más relajación, con más libertad, con más confianza, con más capacidad.

Pero, y esto nos cuesta mucho escucharlo, es un viaje a medio y largo plazo. Pero las ganancias, los beneficios van a ser una transformación radical de nuestra vida, de nuestras circunstancias, de nosotros como personas. Porque la ansiedad, y esto me lo vas a discutir muchísimo y quizá no te guste escucharlo, pero puede ser una oportunidad. Si lleva tanto tiempo con nosotros es una oportunidad de hacer las cosas de forma diferente. Y en esta conducción, en este ejemplo de conducir, date cuenta cómo la evitación, la huida, el rechazo, el no quiero sentir esto, esto es horroroso, que ahí nos decimos muchas cosas, es lo que estás constantemente haciendo. Y ya estás cableado de esta manera. Por tanto, ese giro de volante hay que hacerlo muchas veces. Y no se trata de perder la paciencia ni perder la esperanza, se trata de tomar esa conciencia de que tengo que hacer un cambio. Y cuando poco a poco vaya viendo los resultados, me he atrevido a enfrentarme a este miedo, me he atrevido a manejar un momento de crisis de ansiedad, he sido capaz de no de no existirlo.