Cuento "El Camino Difícil" de Hermann Hesse. 6k586y

El camino difícil por herman es delante desfiladero junto a la oscura entrada rocosa que de vacilantes y me volví mirando hacia atrás el sol brillaba sobre ese grato mundo verde y en los prados reducía entre volantes la parda flores de la hierba aquí se estaba bien había calidez y placer amable allí el alma vibraba lo profundo satisfecha común velludo abejorral saturado de aroma y luz y quizá yo estaba loco por querer abandonarlo todo y disponer me a subir a la montaña el día me tocó suavemente el brazo como uno que se hará la fuerza de un baño tibio así desprende y mis ojos del querido viaje entonces el desfiladero que yacía en una penumbra sin sol un rollito negro se arrastraba al pie de la hendidura y en sus orillas la hierba crecía de florida en pequeño racimo y en su fondo se lavaba piedras de colores ya muertos válidas como los huesos de los seres que alguna vez estuvieron vivo descansamos un poco dijo guía sonrió pacientemente y nos sentamos hacia fresco y de la rocosa entrada venía una silenciosa corriente de aire sombrío petróleo y frío que desagradable parecía iniciar ese camino desagradable resultaba atormentar se a través de ese lúgubre camino de piedra usar ese rollo frío trepar en tinieblas por el desfiladero estrecho y escarpado el camino parece detestable dije titubeante dentro de mí como una lucecita moribunda aletear la esperanza vehemente increíble insensata de que quizá pudiéramos volver atrás de que el guía se dejase persuadir y que finalmente se nos ahorrará todo esto y en realidad porque no no era caso mil veces más hermoso en lugar de donde veníamos no fluía la vida allí más rica más cálida y estimables y acaso no era yo un hombre un ser ingenuo y efímero con derecho a un poquito de dicha a un rinconcito de sol a una vista llena de azul y de flores no yo quería quedarme no tenía ganas de hacerme el héroe martí pasaría toda mi vida satisfecho si pudiera quedarme en el valle bajo el sol entonces comenzó a gritar en ese lugar era imposible permanecer mucho tiempo está acelerando dijo el guía es mejor que nos vayamos dicho esto se levantó se estiró cual largo era y me miró sonriente ni burla compasión ni dureza o indulgencia existían en su sonrisa en ella no había no comprensión y sabiduría esa sonrisa decía te conozco conozco tu miedo se lo que sientes y no he olvidado para nada tu fan para romería de ayer y de antes de ayer cada desesperado brinco de liebre cobarde que ahora la tu alma y cada coqueteo con la amable luz del sol me son conocidos y familiares desde antes incluso de que lo pusieras en ejecución con esa sonrisa me estuvo mirando el guía y luego se adelantó dando el primer paso hacia el oscuro valle y rocoso y entonces lo die y lo ame común condenado a mediodía el alza sobre su nuca pero más que otra cosa yo odiaba y despreciada su saber su dominio y frialdad su carencia de debilidades gratas y odiaba en mí mismo todo aquello que le otorgaba la razón incluso lo que itía de él lo que me quería seguir ya había dado muchos pasos hacia adelante a chávez de las piedras del negro rollo y estaba a punto de desaparecer tras el primer recordó del barranco detente exclamó lleno de tal miedo que no tuve más remedio que pensar si esto fuera un sueño en este mismo instante mi espanto lo destruiría y yo volvería despertarme detente volví a decir no puedo no estoy preparado todavía el guía se detuvo y miró en silencio hacia mí sin reproches pero con aquella tremenda comprensión con aquella sapiencia presentimiento y ese saber de antemano tan difíciles