Cuando la oración no es oración 6u2g6b

Vamos a hablar un poquito cuando la oración no es oración.
Es muy importante que pongamos mucha atención en este mensaje.
La experiencia personal dice que Dios no haberse negado tan seguido a mis oraciones.
Pudo haber dicho nada porque no escuchó nada.
Y muchas veces es lo que pasa.
Cuando nosotros no tenemos esa entrega, esa comunión con Dios y oramos,
Él no escucha, simplemente no escucha.
Y no es que Dios sea sordo o ignorante,
pero a veces nuestras oraciones realmente no son oraciones.
Lo que llamamos orar podría ser un poco menos que pensar o hablarnos a nosotros mismos.
Bueno, ¿y qué es la oración?
¿Te has preguntado alguna vez qué es la oración?
La oración, según, es más que pedir.
Aunque la mayoría de las oraciones le pedimos algo a Dios,
la oración incluye adoración, culto, confesión,
meditación, sumisión, intercesión, agradecimiento, y debemos de escuchar, y hasta silencio.
Todas esas cosas constituyen la oración.
Crear una definición que cubra un alcance tan extenso
es como escribir una definición para el amor.
Tanto el amor como la oración se definen mejor con la experiencia que con palabras.
Mi mejor y más breve definición, la oración es comunión.
Recuerden eso, la oración es comunión con Dios.
Y la comunión es más que la comunicación,
aunque la comunicación con Dios es la base de toda oración.
Las contestadoras telefónicas y la voz electrónica son comunicación,
todos lo sabemos, porque hasta con los celulares nos comunicamos.
Pero no podemos considerar cualquier diálogo que tengamos por teléfono como una oración,
definitivamente no se puede, debe de ser una oración directamente con Dios,
no por teléfono ni por algún otro aparato.
Y aquí la comunión no se refiere a un sacramento,
como algunas iglesias dicen, tienen comunión con pan y con vino.
La comunión significa comunión con Dios.