
Descripción de El buey mudo 22/02/2025 39702e
Programa divulgativo de la doctrina social de la Iglesia y del pensamiento político tradicional a través de análisis de la actualidad. 285b1o
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Creo que ya les hablé del libro Ejecutoria, una hidalguía del espíritu de Enrique García Máikez.
Libro que merece mucho la pena.
Y libro en el que leyéndolo me encontraba con una frase que me gustó, me hizo pensar y quería compartir con todos ustedes.
La tradición no es adorar cenizas, sino transmitir fuego.
Es curioso porque muchas veces la visión moderna del mundo ha conseguido convencernos de que hablar de tradición es hablar de arqueología.
Y de alguna manera es como venerar cosas que fueron, que pudieron estar bien, pero que en el fondo los que aman la tradición son los amantes de la arqueología porque lo que quieren traer es algo de otra época y ahora no tiene sentido.
Y realmente el concepto de tradición, cuando lo he leído explicado por autores, pues viene de traditio, tradición viene de traditio.
Y traditio viene de entrega, ¿no? Significa entrega, transmitir, dar.
Con lo cual el verdadero sentido de tradición es lo más alejado que podamos pensar al sentido arqueológico.
De hecho, cuando uno habla con una persona seria y que es defensora de la tradición, tiene claro que la tradición es un proceso vivo y es un proceso vivo en el sentido de que se depura, porque dentro de la tradición hay muchas cosas que son permanentes y que por tanto hay que conservar, y hay muchas cosas que son rias o temporales y que por tanto se pueden depurar y no transmitir a las nuevas generaciones.
Es verdad que cuando se habla del concepto de tradición viva hay quien lo interpreta como que la tradición no implica continuidad, no implica elementos permanentes, y eso es un error.
No hablamos de eso o no nos referimos a ese sentido de tradición viva cuando queremos hablar de ello.
Cuando decimos de tradición viva es que la tradición, como su propio nombre indica, como es tradición entrega, no es inmóvil, y obviamente cada persona, cada sociedad que recibe una tradición la enriquece con los cambios que se van produciendo en esa época y a su vez también la va depurando, porque no deja de ser cierto que la vida social evoluciona, y por tanto hay aspectos del pasado que podían tener su utilidad en ese momento y ahora no, y por tanto hay que abandonarlos.
Lo que no suele desaparecer de la tradición son los principios, porque si los principios que sustentan una tradición se dejan de transmitir, lo que ya tenemos es una ruptura, o si se cambian esos principios, lo que ya tenemos es otra tradición distinta.
Por tanto, en toda tradición hay un elemento permanente y hay un elemento temporal.
Normalmente aquellos que hacen la trampa de identificar tradición con arqueología lo que nos vienen a vender es que los elementos rios, los temporales, son aquellos que los tradicionalistas querrían volver a traer, y nada más lejos de la realidad.
Lo que quieren traer los verdaderos amantes de la tradición son, sobre todo, aquellos principios, aquellas instituciones que son básicas, que permanecen porque son universales, porque son eternas, es decir, no se ven afectados ni por el lugar ni por el tiempo, y por tanto eso no es hacer arqueología, al contrario, es transmitir fuego.
Y yo creo que esta es una idea también que es importante para todos aquellos que queremos amar la tradición. Tenemos que evitar caer en la trampa del arqueologismo, tenemos que evitar caer en la trampa de mostrar una imagen de que lo que queremos replicar es tiempos pasados en el presente. No. Nosotros lo que queremos ser es fieles a un fuego, a un legado, a una historia, a unos principios.
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