La Buena Vida 04-06-25 1y701r

Pues bueno, ya estamos aquí, miércoles 4 de junio, una de las tardes pasadas y con el sol atizando.

Bueno, pues ¿qué tenemos hoy? Pues hoy venimos con cositas interesantes.

En nuestro momento zen, hoy ponemos voz a las sensaciones, a nuestros estados de ánimo y cómo los camuflamos y sobre todo, cómo deberíamos afrontarlos.

En mi recorrido por las redes hablaremos del sol, de los rayos uva, de las cremas y la controversia que hay sobre ellas.

Intentaremos explicar un poquito y dar luz y diremos por qué.

Y ya metidos en cocina, pues ensaladas, hace calor y vamos a cambiar la cuchara por el tenedor.

Además de saludables y apetecibles, son ideales para comerlas si estamos fuera de casa porque son fácilmente transportables.

Y bueno, pues ¿qué más deciros? Que el verano es una época ideal para leer, para disfrutar de cenas al aire libre, para reunir amigos, tiempo de vacaciones, de niños, veranito a las puertas, alegría.

¿Empezamos? Pues empezamos.

Bueno, pues en nuestro momento zen hablaremos de sensaciones, sí, de estados de ánimo.

En un principio lo que tenía previsto era hablar del sol, de cremas, que entran más en la temática de este espacio.

Pero luego he pensado que si lo que buscamos es bienestar y una buena vida, como bien queremos, pues esa buena vida incluye e influye si tenemos la cabeza amueblada.

Porque no hay que olvidar que forma parte de nuestro cuerpo y que a veces parece que va por libre.

Y si el estómago e intestinos, por ejemplo, son importantes para nuestra salud, pues el cerebro también, y bastante.

Ser felices a veces parece que tiene que ser una obligación.

Hay que estar bien, divertidos, preparados, alegres, y al final terminamos forzando, camuflando y negando emociones que son iguales de necesarias.

Es decir, fingimos para conseguir la foto perfecta.

Perseguir la felicidad está bien, todos la buscamos de una forma u otra.

Necesitamos experimentar momentos felices en nuestro día a día, que nos llenen el alma.

Sí, necesitamos estar bien con nosotros mismos y a la vez estimular nuestra mente.

Y cuidar nuestro cuerpo, porque todo está englobado, que a veces se nos olvida.

Vivimos en una sociedad que ha convertido la felicidad en una meta obligatoria.

En redes sociales, en anuncios, incluso en conversaciones cotidianas, hay un mandato silencioso.

Tienes que ser feliz, mostrarte bien, estar agradecido, siempre.

Y si no tengo ganas de sonreír hoy, eso me convierte en una persona fracasada.

Lo soy, o es lo que pienso que piensan.

Porque esto es así.

El cuerpo y el cerebro cuando niega emociones, enferma.

Porque el cerebro es cuerpo.

Las emociones no expresadas o negadas, se destruyen.