ARCADIA LIBRE_20241028-PERSONAJES MONJE. 1m4222

Es bitácora de la arcadia veintiséis diez veinticuatro trescientos siete monjes cómo cómo cómo cómo cuando dejó su lugar en las montañas porque aunque era un monje el hábil en combate sentía un vacío dentro de sí sus maestros le decían que le faltaba el espíritu libre la capacidad de moverse con fluidez y adaptarse así fue como llegó a las salvajes tierras de tammy pique una tierra de clima húmedo y vida salvaje que le parecía tan misteriosa como los confines de su propio ser el lugar perfecto para encontrar lo que su entrenamiento aún no le había dado tras días vagando en solitario sandro kun comenzó a notar que alguien lo observaba no eran ojos humanos sino los de un pequeño grupo de mapaches entre ellos estaba viejo garra un anciano mapache de pelaje encanecido que le devolvía la mirada con una mezcla de desafío e interés intrigado sandro qne intentó acercarse pero vio garra fue más rápido escapando a su vista con sorprendente agilidad esa noche el monje decidió observar y entender los movimientos del anciano mapache pensando que tal vez ese astuto animal podría ser su primer maestro en estas tierras extrañas durante varios días santoro un intento copiar las posturas de viejo garra pero su fortaleza física y su estilo de combate resultaban inútiles sus movimientos eran demasiado rígidos y dependían de su fuerza en lugar de su agilidad viejo garra en cambio se deslizaba como una sombra siempre atento siempre un paso adelante al ver los esfuerzos del monje viejo garra finalmente se acercó y lo acepto como aprendiz el truco chico gruñó viejo garra una noche no está en la fuerza tienen el sigilo y la agilidad dijo una noche tu problema es que piensas que la fuerza lo es todo le enseñó otra noche dijo garra con un gesto burlón aquí necesitas valentía sí pero también ingenio y agilidad para sobrevivir usa tu fuerza sólo cuando sea necesario observa planifica y luego actúa tal como hacemos los mapaches le decía mientras pasaban las lunas durante semanas satoru kun entre no bajo la atenta mirada de viejo garra al principio cada intento de moverse con la ligereza de los mapaches terminaba con sandro cohen cubierto de barro o tropezando entre las ramas viejo garra lo corregía con paciencia enseñando enseñándole a sentir el terreno con sus pies y a conservar su energía en lugar de agotarse con movimientos de fuerza bruta poco a poco sandro cohen aprendió a moverse sin ser visto a deslizarse con destreza entre la maleza y a convertir la debilidad en fortaleza con cada avance su cuerpo se volvía más rápido su mente más aguda y su espíritu más libre cada noche mientras sandro cohen trataba de recuperar el aliento viejo garra le recordaba todo se trata de obtener la máxima habilidad mediante el esfuerzo constante práctica preparación infinita repetición hasta que tu mente se agote y tus huesos tiemblen de cansancio hasta que estés demasiado cansado para sudar demasiado exhausto para respirar cuando el monje frustrados por su falta de progreso lo miraba con dudas viejo garra le decía recuerda que mientras que una mano siempre miente la otra siempre dirá la verdad debería saber en cuál confiar tanto en el combate como en tu propio espíritu un día mientras sandro con recogía raíces y frutos en el bosque se encontró rodeado de bandidos que lo habían seguido desde la ciudad los bribones se reían de su túnica gastada y su tonto caminar agazapado creyendo que se enfrentaban a un simple ermitaño