Análisis y Valoración de la Semana Santa de 2025. Parte II 3a3i1d

Dios y a la gloria de Dios resucitado, queridos amigos oyentes, cofradías, hermandades y amantes de la Semana Santa de Valladolid. Gracias por escucharnos en la Pascua de Resurrección de 2025. Bienvenidos a Hermanos Cofrades.

¿Es la mejor Semana Santa de Castilla? Dicen. ¿De Castilla solo? Unos dirán más, otros dirán menos. ¿La mejor Semana Santa no? No es la mejor, es la Semana Santa de Valladolid.

Eso es bastante.

Lo más importante de las cofradías son sus cofrades. Y lo más importante de los cafrades es la fe. Sin fe no habrá ni verdaderos cofrades, ni auténtica Semana Santa. Acabará imponiéndose como un mero reclamo turístico y económico. Lo único que salvará la Semana Santa vallisoletana será la fe de sus cofrades, sobre todo ante las convulsiones políticas y sociales.

Roberto Alonso, hermano Mayor, saludos, bienvenido. Segunda parte de los programas de análisis.

Tenemos ya con nosotros a nuestros amigos invitados de la semana pasada y aquí han vuelto en el Hotel Mozart, en este hotel cofrade por Antonomasia. Y además es que se lo pasaron súper bien en el programa anterior. Recuérdanos sus nombres y que toda la audiencia también los recuerde ellos.

Pues buenos días, buenas tardes, como siempre digo. Aquí siguen con nosotros Raúl, Aurora Hernando de la cofradía del Santo Entierro, Álvaro también de la cofradía de los Artilleros y del Santísimo Cristo de la Luz, Álex Mediavilla, también, repite, Artilleros, Cristina Bachiller de la Luz, Sergio Saseta de los Franciscanos y colaborador especial también de Hermanos Cofrades y Celia Jorge de la cofradía de las Angustias y franciscana este año también por primera vez. Así que sed bienvenidos.

Ay, perdón, se me olvidaba.

Se me olvidaba.

El último fichaje de este año.

Mariví Martín de la cofradía de la Saltación, perdóname Mariví.

Bueno, pues daos por saludados todos, todas, todes no de momento, todos y todas. Sed bienvenidos y ya sabéis que no podéis defraudar a la afición. Y también queremos felicitar y saludar a todos los amigos que nos están viendo aquí, que luego les pasaremos el micrófono pues si tienen algo que decir como en el programa anterior.

Bueno, empezamos Roberto porque yo creo Roberto que hay que recordar brevemente lo que ocurrió en el Trido Santo del jueves, viernes y sábado santo.

Si nos lo permitís un momentín, recordar brevemente lo que ocurrió en Valladolid en este Trido Sacro, este jueves, viernes, sábado santo, domingo de Resurrección.

El jueves santo, muy de mañana, había misa crismal y al poco tiempo el palacio de Santa Cruz que abrió sus puertas para ver salir a la perla de Gregorio Fernández, el Cristo de la Luz, Cristo que nos recuerda como pudo ser aquel primer viernes santo de la historia.

Más realidad es imposible en un crucificado hecho madera, madera al estilo de Castilla.

También es el día de la Eucaristía, día del amor fraterno, día de la caridad, día de entrega y de servicio. Aquí sí el tiempo acompañó, una ciudad entregada a sus cofradías y a sus procesiones. Desde bien temprana la tarde, tras los oficios propios del día, Valladolid se tiñe de capas, hábitos y capirotes de colores variopintos.

Olor a incienso y a cera, olor a rosas y a nargos, sagrada cena, sangre, huerto, exaltación, pasión con oración y sacrificio, piedad con penitencia y caridad, y franciscanos con humildad y penitencia, y un nuevo Cristo de esperanza, descendimiento, Veracruz, santo entierro y subir a un corpus y despojado y amargura. No sé si me dejo alguna.

Y angustias de madrugada, para enlazar con un viacrucis franciscano, ya muy de mañana y en silencio, una procesión a solas, a solas para contemplar solamente una cruz de madera que nos recuerda el amor hasta el extremo por las calles de un paseo zorrilla completamente vacío y en el más absoluto silencio. Para proseguir con un pregón a caballo que nos convocaba a todos a un sermón que nos interpeló, creo yo, a todos los vallisoletanos, cofrades y creyentes.