
AMR Cap.105: Clio Williams… Un verdadero “unicornio” 543zk
Descripción de AMR Cap.105: Clio Williams… Un verdadero “unicornio” 716335
El Clio 16 válvulas no había conseguido que los aficionados nos olvidásemos del salvaje R5 GT Turbo. Era mejor en todo, pero todos esperábamos más. Y ese más llegó, y con creces, con el excepcional Clio Williams… Hoy día casi un “unicornio” por su escasez y precio. Pero no fue el único coche excepcional que probé en otoño de 1993, porque pude rodar con otro mito, el Toyota Supra. Bienvenidos a los Podcast de los Lunes de Garaje Hermético. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/790918 2v17j
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Aquellas maravillosas revistas, capítulo 105. Clio Williams, un verdadero unicornio.
El Clio 16 válvulas no había conseguido que los aficionados nos olvidásemos del salvaje Renault 5 GT Turbo. El Clio era mejor en todo, pero todos esperábamos más. Y ese más llegó. Y llegó con creces, con el excepcional Clio Williams, hoy día casi un unicornio por su escasez y precio. Pero no fue el único coche excepcional que probé ese otoño de 1993, porque pude rodar con otro mito, el Toyota Supra. Bienvenidos a los podcast de los lunes de Garage Hermético. El Williams, el Clio Williams, nació por homologar este modelo, el Clio 16 válvulas, para la competición. Y no le fue el mal en las carreras, pero le fue mejor en las carreteras. Pues Renault se encontró, casi sin pretenderlo, con el mejor GTI del momento. Ojo, no digo con el mejor GTI de su categoría, la de los compactos o polivalentes, sino de todos los GTIs, incluidos los más grandes de 4 metros donde militaba, entre otros, el todopoderoso Golf GTI 16 válvulas.
El Clio Williams, por prestaciones y eficacia, barría al Golf y a todos sus rivales, pero era la antítesis de Renault 5 GT Turbo, porque el Williams era potente y rápido, pero a la vez progresivo y eficaz. Renault consiguió la cuadratura del círculo con un coche realmente redondo, que era una edición limitada, que ante el éxito, yo diría que enorme éxito, hubo que prolongar. Pero todos los que se hicieron siguen siendo pocos. ¿Por qué Williams? Porque este equipo, el equipo de Frank Williams en la Fórmula 1, que sigue existiendo en la actualidad, pero que en estos momentos, en el 93, se estaba arrasando, equipaba motor a Renault. Y a Renault le pareció una buena idea, pues, poner ese sello, el Renault Clio Williams, que tiene una estética muy particular. Casi todos o todos con el mismo color.
Un azul Francia un poco oscuro, unas llantas preciosas de color dorado, un interior un poquito mejor rematado y equipado que el normal, con la V de Williams en los asientos y sobre todo, bueno, sobre todo, la plaquita de Clio Williams interior con el número del coche que tuvo la primera serie y sobre todo los cambios mecánicos que vamos a detallar, fueron los que conseguían que este coche sea hoy día un verdadero unicornio y en su momento, como os digo, el mejor GTI de todos, absolutamente. Porque se habían corregido todos los problemas que tenía el Clio 16 válvulas. Por ejemplo, un motor que no iba mal, pero que le costaba, le costaba, tenía que subir de vueltas, no era especialmente rotundo ni potente y en este coche todo eso se acababa. Este 2 litros, 2 litros prácticamente porque tenía 1998 centímetros cúbicos, por supuesto con culata de 16 válvulas y por supuesto atmosférico, anunciaba 150 caballos. Yo medí esta potencia de muchas unidades en banco y no recuerdo que ninguna diese 150 caballos. Todas daban más, algunas se acercaban a los 160 que era la mítica barrera que había marcado el Opel Kadett G6, ojo, recuerdo, sin catalizar, este coche iba catalizado.
Esta unidad en concreto, que probé la primera, ofreció 156 caballos a un régimen de 6.100 vueltas. El motor, como os digo, era excepcional. Estoy viendo la curva de potencia y realmente es que desde 1.000 vueltas, que da 15 caballos, hasta esos 156 caballos a poco más de 6.000 revoluciones, es prácticamente una línea recta. No tienen ningún punto en que baje, ningún punto de flexión y la de par engaña porque da el par máximo muy alto de vueltas, lo da casi a 6.000 vueltas, pero es que prácticamente a 3.000 da el 80% del par. El motor era absolutamente extraordinario, pero con todo yo diría que no era lo mejor, ni siquiera los retoques en dirección y frenos, que mejoraban mucho, ni siquiera el calzado más generoso que le sentaba francamente bien con un calzado, unas llantas de 15 pulgadas, 15 pulgadas de diámetro y 7 de anchura, que de serie equipaba unos excelentes Michelin Pilot de 185-55, un calzado generoso. También le sentaba muy bien al coche, las llantas como digo absolutamente preciosas con ese color dorado.
Lo mejor de este coche era la puesta a punto del bastidor, se había partido del tren delantero que tenía el R19, que era más ancho de vías, se había retocado de una forma excepcional, porque es que el coche no era, que era uno de los problemas del 16 válvulas, que era un poco cabezón, era un poco exageradamente subvirador, especialmente para ser un coche deportivo, porque un coche muy subvirador en una berlina, por ejemplo, lo familiar, que además sucede todo el tiempo.
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