⚠️PROFECÍA BÍBLICA⚠️ Por la maldad el amor de muchos se enfriará. 1d5kf

No tenemos dudas, estamos en el final de los tiempos. Estamos en tiempos peligrosos. No sé por qué situación está pasando tu país, tu nación, pero la vida cristiana se fundamenta en amar a Cristo. Y es nuestra respuesta al amor que Dios nos ha mostrado y cómo expresamos nuestro amor hacia Jesús. El problema es que el amor de muchos se enfriará.

Esto lo profetiza la palabra de Dios. Algunos creen que ser cristiano significa recibir bendiciones de Dios, cumplir sueños y evitar problemas. Sin embargo, la esencia de la vida cristiana es nuestro amor por Cristo. Un amor profundo, personal, que se manifiesta en la disposición de sacrificar todo por Él. Obediencia, adoración sincera, servicio dedicado.

Ser cristiano significa no solo pertenecer a Cristo, sino también rendirle voluntariamente todo nuestro ser. Es un compromiso total. Tenemos que amarlo con todo nuestro corazón, con nuestra mente, con nuestras fuerzas. En resumen, el ser discípulo de Cristo se puede definir en tres palabras. Amar a Cristo.

Amar a Jesús tanto que conocerle sea nuestra principal meta. Que se convierta en nuestra pasión. Que se convierta en nuestra razón de ser. Este amor nos lleva a querer exaltarlo, complacerlo, servirlo. Estar en su presencia constantemente. Que tu deseo y mi deseo sea compartir con otros sobre Jesús. Este amor ardiente es la esencia de todo discípulo de Cristo.

Para evaluar esa condición espiritual debemos preguntarnos ¿cuánto amo a Cristo? ¿Le amo más ahora que cuando me salvó? Pablo escribió en Filipenses capítulo 3, versículos 7 y 8 que consideraba todo como pérdida comparado con el valor de conocer a Cristo.

Y ese es el corazón del discípulo de Cristo. Amar a Cristo tan profundamente que estaríamos dispuestos a perder todo por él. ¿Qué te motiva amar a Cristo? ¿Qué nos motiva amar a Cristo? Es una buena pregunta, ¿verdad? La segunda carta de Corintios, capítulo 5, versículo 14 dice, porque el amor de Cristo nos constriñe.

En otras versiones dice, porque el amor del Mesías nos constriñe. ¿Es el amor de Cristo lo que nos impulsa a vivir, servir a Dios, amarlo a Él, amar a los demás? ¿Nos motiva renunciar a amistades también, santificar nuestro tiempo, a ser fieles en nuestro matrimonio? ¿Qué te motiva a criar a tus hijos y darles lo mejor, tu amor por ellos o tu amor por Dios? Si es tu amor por ellos, terminarás amándose a sí mismos.

Pero si es por Dios, ellos amarán a Dios. ¿Qué te motiva a perseverar en tu matrimonio cuando todo va mal, tu amor por tu cónyuge, por ti mismo o por Dios? Nuestro amor por Cristo debe motivar cada aspecto de nuestra vida. Un amor inalterable, como dice Efesios, capítulo 6, verso 24. Un amor que no se corrompe, que no se desvanece con los problemas. La vida cristiana es vivir enamorado de la gloria, la majestad de Jesús. Así que te pregunto en este día, ¿cómo es tu amor por Él? No te estoy preguntando si sabes doctrina o si sirves en tu iglesia. Pregunto, ¿amas realmente a Jesús? El mayor peligro es que nuestro amor por Jesús se enfade.