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Pues bienvenido de nuevo a la nueva etapa de Crímenes y Panomitas en el estudio de grabación nuevo de Aburrida del Lagarto. Estamos aquí los mismos de siempre, eso sí.

Eso sí, eso no ha cambiado. Está aquí Verónica Jiménez, Javi Serrano y un seguidor, Rafa Taroé. Y traemos hoy la nueva serie de Netflix, Adolescencia. Y aunque no está basada concretamente en un caso, nuestro equipo de investigación nos ha vinculado a casos reales y así que traemos este crimen y su serie correspondiente, Adolescencia, que está de moda en Netflix.

Y vamos a ir al lío. Pues sí que es verdad que decir que la serie que vamos ahora después a comentar está solo basada en este caso que vamos a describir no es correcto. El mismo creador de la serie, Adolescencia, que se llama la serie, ha reconocido que es un compendio de varios casos reales adornados evidentemente y enriquecidos con trazos dramáticos. Pero es cierto que desde que se lanzó esta serie en Netflix muchos han reconocido los hechos y le han sacado muchas similitudes los hechos que narran con un caso ocurrido en Croydon, al sur de Londres, el 27 de septiembre de 2023.

Ese día una niña perdió la vida a mano de otro menor y aún hoy todo el mundo tiene la sensación y se pregunta en qué ese fallo y cómo se pudo evitar. Así que empezamos. Os pongo un poco en contexto. En 2011 Uganda seguía bajo el dominio de Museveni, quien digamos que no era un gobernante muy democrático. Consolida su poder, es cierto, después de unas elecciones pero fueron unas elecciones bastante cuestionables. Por ese motivo muchísimas protestas y el gobierno la reprimió con mucha dureza y bueno había un panorama un poquito inestable.

Por eso muchísimas familias ugandesas se van del país, entre ellas la familia Sentamu, que se traslada a Reino Unido, concretamente al sur de Londres, buscando evidentemente un futuro mejor. Hassan era uno de los hijos de la pareja y en ese momento tenía sólo cinco añitos. Al final lo que se busca, entiendo, cuando uno deja su casa y su país con niños pequeños es darle un futuro más prometedor a ellos.

Pero a veces la realidad pues no resulta como queremos y no es tan idílica. Desde bien pequeñito Hassan tuvo una vida llena de inestabilidad y de problemas emocionales. Su dificultad para manejar las relaciones interpersonales se hizo muy evidente, muy pronto. Y a los 12 años ya presentaba problemas graves de conducta.

Uno de los primeros incidentes, de los que se tiene en registro y que era muy preocupante, ocurrió cuando un profesor encontró un arma en su mochila. Creo que eran unas tijeras, pero no unas tijeritas de estas, no, no, unas señoras tijeras. Por lo menos lo que he encontrado en varios sitios. Esto marca el inicio de un patrón de comportamiento peligrosísimo.

Amenazaba a sus compañeros, tenía una actitud muy extraña con las chicas de su instituto y por eso le habían puesto muchas amonestaciones. Su familia se preocupa por su conducta y decide llevarla a un psicólogo, que oye muy bien, porque muchas familias ni siquiera optan por esa opción. Ese psicólogo le diagnostica trastorno por déficit de atención e hiperactividad. El famoso y que está ahora muy de moda el TDAH. Que este diagnóstico