
22. Una tarjeta, una trampa: El CASO del seguro de lujo 11152s
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Bienvenidos a La Confidencia Mutua, el vértice micro podcast más intrigante de "Historias de detectives de verdad"! En este episodio, un recuerdo lejano en un congreso de detectives se convierte, años después, en la puerta de entrada a una investigación internacional. Una simple tarjeta de visita, con una imagen en el lugar adecuado, es el hilo que conecta al detective con un caso de denuncia... aparentemente sencilla. Una aseguradora extranjera solicita ayuda para verificar un robo peculiar, pero pronto las pistas llevan por caminos inesperados, donde las apariencias engañan y los detalles más cotidianos pueden esconder la verdad. Soy Óscar Rosa, y esto es La Confidencia Mutua. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/1279192 3w3et
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
El caso de los productos doblados Hace unos años tuve la oportunidad de asistir a un congreso internacional de detectives en Chicago.
Fue un evento increíble, con casi 200 detectives de todo el mundo, cada uno con su historia, su cultura y su relato personal, pero todos compartiendo lo mismo, la profesión de detective.
Recuerdo que en los primeros congresos, cuando regresaba a casa, me encontraba con más de 50 tarjetas de visita de nuevos os, y me tenía que reconocer que a pesar de tenerlas, me resultaba casi imposible recordar la historia detrás de cada una.
Estas situaciones en las que intercambias las tarjetas, toma las mías y me das la tuya, pero debo itir que al principio, en esos congresos internacionales, yo era un poco cazador de tarjetas, cuantas más mejor.
Sin embargo, en otro congreso de detectives internacionales descubrí algo clave, lo que realmente hace que alguien te recuerde y te tenga en cuenta en el futuro, cuando tenga necesidad de tus servicios, es una foto tuya en la tarjeta de visita.
Esa imagen, acompañada de tus datos en varios idiomas, permite que la persona que la tenga te recuerde con claridad al mirar las tarjetas.
Así que al regresar a casa, decidí cambiar mis tarjetas de visita.
Las mías ahora llevan mi foto y mis datos en varios idiomas.
A veces una simple tarjeta de visita se convierte en la clave para un encargo.
Yo no me acordaba de todos los os, pero parece que algunos sí tenían mi tarjeta y decidieron darme un encargo, el de investigar la denuncia de un robo de un reloj valioso.
La historia comienza cuando una agencia de detectives de Estados Unidos me a para investigar un caso relacionado con uno de sus clientes, una aseguradora también de Estados Unidos.
Su asegurado había denunciado el robo de un reloj extremadamente valioso de su hogar.
La agencia tenía serias dudas sobre la veracidad de la denuncia, por lo que me encargaron la tarea de investigarlo.
Mi primer paso fue comprobar los detalles de la denuncia.
El cliente afirmaba que el reloj había sido robado durante un pequeño robo en su casa, pero había algo en su historia que no cuadraba.
El reloj tenía un valor considerable y, según el informe de la aseguradora, no se encontraba en la lista de objetos registrados como robados en la zona.
Decidí entonces rastrear más a fondo la vida del denunciante, y a medida que investigaba, algo comenzó a llamar mi atención.
El hombre tenía varias deudas acumuladas, y pese al ritmo de la vida que demostraba, lo que me pareció una pista muy reveladora.
Es decir, tenía un ritmo de vida muy alto, sin embargo tenía muchas deudas acumuladas.
Decidí entonces revisar sus redes sociales, ya que hoy en día las plataformas sociales pueden ser una mina de oro para cualquier investigación, y fue en su cuenta de Instagram donde encontré la sorpresa.
Pocos días después de haber denunciado el robo, aparece una foto reciente del denunciante luciendo el mismo reloj que había afirmado que le habían robado.
En la imagen, el reloj estaba claramente visible, resplandeciendo en su muñeca mientras disfrutaba de un día en la playa.
No solo la imagen era comprometedora, sino que la fecha en la que fue tomada coincidía con los días posteriores a la denuncia.
El caso dio un giro inesperado, la denuncia resultaba ser completamente falsa.
La evidencia, en las redes sociales, sumada a las deudas del hombre, confirmaban mis sospechas.
El reloj no había sido robado, era un fraude bien planeado, con la idea de recibir una indemnización, digamos, un dinero extra.
Y al presentar mis conclusiones a la agencia de detectives de Estados Unidos, los datos estaban claros.
El hombre había inventado todo para cobrar el seguro del reloj.
Las redes sociales fueron la pieza clave que resolvió el caso, mostrando la verdad detrás de las mentiras.
Y hoy, mientras revisaba una vieja tarjeta de visita que recibí en ese congreso de detectives, entendí que en este mundo, las deudas de alguien que no debería ser considerado deudor y una simple foto pueden ser las claves para desenmascarar una mentira.
Y esta vez fue un reloj valioso el que nos lo enseñó.
Y es que a veces, en este trabajo, el verdadero caso no es el que te encargan, sino el que se esconde detrás.
Soy Oscar Rosa y esto es La Confidencia Mutua.
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