
2025: Parashá Vaikra: Yo la Ofrenda (1-Nisan-5785) 5o141l
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Libro de Levítico, capítulo uno al cinco, esa es la porción de Bayikrá, capítulo es de la Torá número tres, el libro número tres de la Torá, que se llama Bayikrá o Levítico. Esta esta porción nos habla de los de las ofrendas, sacrificios, y nos habla esta paracha número veinticuatro, que es el el tercer libro de la de la ley de y se concluye con el tabernáculo y decimos en el capítulo cuarenta versículo dos, cuarenta dos del libro de Éxodo, terminamos ahí, dice que en el primer día, en el primer mes, se hizo todo eso, se acabó la tienda, se acabó la el tabernáculo de hacer, y y allí comenzamos, Bayikrá quiere decir la va y llamó, es lo que dice y llamó, o sea que está relacionado con el servicio que se tiene que dar, termina el tabernáculo, y ahora comienza los servicios, cada persona del pueblo israel tenía que traer su ofrenda, esto no es de ahorita, dice que ellos ya conocían, Adán conoció que había un sacrificio, ¿Se acuerdan? Que Dios tuvo que sacrificar un un animalito para darle las pieles, y dicen ellos, hubo un sacrificio antes, los hijos de de de Adán y Eva, hicieron un sacrificio también, uno de vegetales y uno de Abel de el sacrificio perfecto, cuando Dios destruyó el mundo, dice que Noé trajo un sacrificio dolor grato al eterno, ya se sabían de los sacrificios, ya se sabían de de todas esas cosas antiguamente, no es nada nuevo, Abraham también hizo un sacrificio, y tenía que Dios le pidió el sacrificio a su hijo, ¿Se acuerdan? Ya existían los sacrificios, pero ¿Qué estaba pasando? No se con, no se, no, no se había dado a conocer la ley, ellos sabían de de que Dios les dijo, esta es la ley que nosotros hablamos, la ley hablada, pero no escrita como hoy la tenemos, ellos están frente al monte Sinai, ahí se les da por primera vez la ley, ahí están ellos, sabiendo estas instrucciones que dice que todavía no entraban a la tierra prometida, ellos tenían que entrar de una manera sagrada, consagrada al eterno, pero fallaron, y tuvieron que vagar cuarenta años en el desierto, hasta que llegaron por primera vez a las tierras de Cana y por fin pudieron entrar, pero dice aquí que ellos en este desierto fueron instruidos, fueron enseñados acerca de cómo tenemos que acercarnos a Dios, todas estas ofrendas nos van a enseñar a cómo acercarnos a Dios.
¿Por qué? Porque el pueblo iba a pecar, el pueblo no es perfecto, el pueblo tenía muchas cosas que tenía que cambiar en su corazón, y esto nos habla acerca de lo que iba a venir de lo perfecto, que todas estas cosas de los machos, de la sangre, de los machos cabríos, no son perfectas. Ustedes da cuenta que no cambió el hombre, siguió de mal en peor. ¿Por qué? Porque no hemos aprendido cuál era la forma, simplemente lo hicimos por un ritual. Y ahora dice el eterno que se tiene que enfrentar a un sistema que ha cambiado todo esto.
El hombre sigue obedeciendo al hombre, y no obedece a Dios. El hombre se apega a las religiones, a las costumbres, pero no obedece a Dios. Y es lo que dice la tradición, es decir, tenemos que dejar de creer a los mandamientos de hombres, a las tradiciones de hombres, tenemos que ver lo que dice el eterno.
Dios no le está diciendo a Moisés, bueno Moisés, ahora lo que tú intentes inventar estaría bien, hazlo, pero no es así. Dios trae sus reglas específicamente cómo se tienen que hacer, la forma de adorar, la forma de acercarnos. Y tampoco no es como le convenga a Moisés. No, es lo que Dios quiere que se haga.
Entonces, en este capítulo uno, el libro de Levítico dice, y habló el eterno Moisés, y le habló desde el tabernáculo, o sea, no fuera, no fuera del campamento, sino dentro de la, de la carpa del tabernáculo, de reunión, ¿sí? Está diciendo, aquí dentro, no está diciendo afuera, porque afuera no, no, no le está diciendo, sino que dentro del de los mandamientos, alineamientos de Moisés. Por eso le le eterno habla a la congregación aquí, no afuera. Y entonces, cuando lo
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