Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
Meditaciones diarias
1895. Que nos queramos más

1895. Que nos queramos más 2n309

18/5/2025 · 21:04
0
5.8k
0
5.8k
Meditaciones diarias

Descripción de 1895. Que nos queramos más 201853

Meditación en el V domingo (C) y el VI domingo (B) de Pascua. En el Evangelio volvemos a leer ese testamento del Señor: «que os améis unos a otros; como yo os he amado». Así se reconoce a los cristianos, por el amor que se tienen. Debería golpearnos ver cómo a veces algunos lugares de trabajo son un nido de murmuración y crítica, de quejas constantes. Le pedimos al Espíritu Santo que nos ayude a evitar esos dos vicios, y a querernos más. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/874295 11142d

Lee el podcast de 1895. Que nos queramos más

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes.

Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mi inmaculada, San José mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, intercede por mí. Le pedimos ayuda al Señor en este domingo de Pascua, quinto domingo de Pascua, para hacer muy bien nuestra oración y también le pedimos la ayuda al Espíritu Santo.

Todo el tiempo de Pascua es una gran preparación para esa venida del Espíritu Santo en nuestras almas, que se producirá de manera especial el día de Pentecostés, pero que se produce siempre en cada rato de oración, en cada sacramento, en cada momento en que nosotros abrimos nuestro corazón a la acción de Dios, del Espíritu Santo.

Ese mismo Espíritu Santo que inspiró a los evangelistas a recoger por escrito los dichos y los hechos de nuestro Señor Jesucristo. En el caso del Evangelio de hoy está tomado del apóstol Juan, que cuando ocurrieron estos hechos pues era apenas un adolescente bien observador. Estamos en la última cena, Jesús ha lavado los pies a los discípulos y dice Juan que cuando salió Judas del Cenáculo dijo Jesús ahora es glorificado el Hijo del Hombre.

Llega la hora de Jesús, la hora de mostrarnos ese amor inmenso en su pasión muerte y resurrección. Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él también Dios lo glorificará en sí mismo. Pronto lo glorificará. Está aludiendo a la resurrección después de su muerte.

Hijitos, dice nuestro Señor, me queda poco de estar con vosotros. Y entonces dice os doy un mandamiento nuevo que os améis unos a otros como yo os he amado.

Amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos si os amáis unos a otros. Señor no sé no sé cuántas veces te hemos oído decir esto en la liturgia. No sé cuántas veces la iglesia pone esta frase tuya, este mandato tuyo, este testamento tuyo en algunas de las partes de la misa, en el evangelio, en una antífona, pero tengo la sensación de que son incontables.

Tengo la sensación de estar siempre predicando sobre esto, pero al mismo tiempo, ¿cómo no hacerlo? ¿Cómo no predicar el mandamiento del amor en el que se resume todo lo que nuestro Señor Jesucristo nos dijo? Me viene a la cabeza aquella escena de William Saroyan, ese novelista que escribió las aventuras de Wesley Jackson, donde están en la segunda guerra mundial y un compañero de armas que moriría en la guerra, pues le dice a Wesley, que es un gran escritor, le dice Wesley cuenta la historia del amor, es la única que importa, háblales del amor.

Realmente no es una cursilada, no hablemos del amor, no, no, no, no, es que realmente toda la doctrina de nuestro Señor Jesucristo se resume en esto, que os améis unos a otros como yo os he amado. Un escritor pagano, hablando de los primeros cristianos, exclamaba irado, mirad cómo se aman.

En esto conocerán todos que sois discípulos míos, nos dice el Señor y en los primeros cristianos lo manifestaban.

Yo sé que todos nosotros procuramos amar a los demás, amar a nuestro prójimo, amar a todos los hombres sin excepción, pero fíjate que el listón que nos pone el Señor está muy alto, como yo os he amado.

¿Y cómo nos quiere Jesús? Pues Jesús ha dado su vida por nosotros, hasta la última gota de su sangre, en silencio, sin una queja, nos ha perdonado, ha perdonado a aquellos que le estaban crucificando, sin criticarles, sin decir nada malo de ellos, pero no solamente hecho eso, sino que se ha quedado en el pan eucarístico, disponible, para que nosotros pudiéramos recibirle, para acompañarnos en nuestras luchas.

Jesús ha recibido

Comentarios de 1895. Que nos queramos más 1k3a15

Este programa no ite comentarios.