14.- El rey desnudo. El martillo. El arte 1g4en

Cuando cuando descubrimos los mecanismos tras estilo y se tambalea las torres cuando las preguntas sencillas se convierten en enlazar ese entonces abiertos una vez un reino muy lejano monarca todopoderoso y embriagado de poder que cierto día solicitó a un pícaro sastre un atuendo digno de los dioses para lucir en el desfile anual de palacio a cambio de conservar la cabeza lo alto del tronco el sastre aceptar el reto a regañadientes entre reverencias y tras mucho a meditar en la oscuridad de la noche abandonando toda esperanza de satisfacer a quien todo lo poseía urde un plan tan arriesgado como brillante ricas vengo haga más las que nos perdone hans christian andersen por destripado y adaptar tan torpemente su obra de mil ochocientos treinta y siete el traje nuevo del rey cualquiera que haya tenido infancia sabrá que el pícaro sastre le ofrece al monarca la milonga de un traje que supuestamente sólo en las personas inteligentes y aptas para su cargo eran capaces de ver siendo a la vez supuestamente invisible para todos los demás y o maravilla ninguno de los asesores ninguno de los súbditos y criados de palacio pudieron contradecir al monarca ni tan siquiera alertar lo cuando esté supuestamente maravillado por la creación magna ánimo y despertado desfiló centro en mano por las calles del reino ante la atónita mirada hacen sus gentes campechanas y es que cuanto más ego tenemos más esclavos somos de sus absurdos mandatos más más caso este cuento influenciado por otra joya de la literatura castellana escrito cuatro siglos antes por el infante don juan manuel de título el conde lucano deja en evidencia qué duda cabe las carnes blancas del monarca pero también por un lado esta fantástica capacidad que tenemos los seres humanos ponernos al ridículo eclipsado a la razón y por otro la herramienta de distorsión cognitiva que nos invita en ocasiones a forzar la visión de aquello que no existe misma palanca y mecanismo que nos permite aplicar a lo real a lo que si existe una pátina de dualidad y la hemorrágica alma moderada por lo que dicta al consenso el ego o la necesidad verdad wilson wilson somos creadores de almas y universos de mitos ritos y símbolos bien tangibles mágicos capaces de revestir la materia capaces de insuflar semiótica el romanticismo hasta llegar a la sinrazón global sedimento del consenso realidades construidas construcción