1509 - La energía nuclear en la exploración espacial 2e485z

Voy a lanzar una sonda para interceptar a los S.A.N.T.I.

Cuento con algunos de los mejores ingenieros del mundo, pero están obcecados con la viabilidad.

Todo es limitado, nada es posible.

Le propongo un reto.

Consígame que una sonda viaje al 1% de la velocidad de la luz con la tecnología existente.

Si se le ocurre una solución, quiero que venga Witchwood Manor a presentar su propuesta.

Durante la dinastía Ming, la Armada China construyó un cohete de pólvora con misiles más pequeños en su interior.

El resultado fue un arma medieval que causaba daños propios del siglo XX.

Por tanto, hay precedentes de obtención de resultados avanzados utilizando materiales actuales.

La energía necesaria para impulsar una sonda de unos pocos kilos a esa velocidad es enorme.

Sin embargo, contamos con una fuente con esa energía.

Pretendo usar nuestras armas nucleares.

¿Una nave espacial llena de bombas atómicas? Creo que ha visto demasiadas películas de Vin Diesel.

La masa de una nave así haría prácticamente imposible el despegue.

Eso es cierto.

Pero como verán en la página 5, las bombas no irán en la sonda.

La sonda en sí tendría muy poca masa, lo que facilitaría la aceleración.

¿Y cómo va a funcionar exactamente? Está en la página 12.

Recurro a una vieja idea de Stanislav Ulam de los años 40 llamada propulsión nuclear de pulso.

Imagínense una serie de mil dispositivos nucleares dispuestos a intervalos regulares desde la Tierra hasta la flota de los Santi.

Esas bombas se colocarían en naves espaciales ya existentes.

La sonda tendría una masa inferior a mil kilos.

Y estaría propulsada por una vela de radiación.

Cuando la sonda pase por la primera bomba, esta explotará y la acelerará hasta la segunda, que explotará.

Acelerándola una y otra y otra vez.

Si podemos programar las detonaciones a medida que pase la sonda y aplicarle a esta 30 kilonewtons de fuerza por explosión, la aceleración resultante nos permitirá alcanzar un 1,12% de la velocidad de la luz después de mil explosiones.

Como los peldaños de una escalera, cada bomba nos acerca más a nuestro destino.

Es una idea muy creativa, pero nunca se ha probado y el margen de error es cero.

Y además infringiría unos cuantos tratados nucleares.

Por no hablar del coste. ¿Billones? Muy interesante. ¿Doctora Chen? Los tratados se pueden modificar.

Nuestra tarea es dar con una solución a un problema científico.

Conseguir el dinero es tarea de otros y no hay ninguna vía que no requiera un montón de dinero.

Estoy de acuerdo. El margen de error es mínimo.

Pero no es imposible.

Enhorabuena, Doctora Chen, por esta propuesta tan entretenida.

Pero la única manera de alcanzar un 1% de esa velocidad es con décadas de investigación, no con espectáculos pirotécnicos.

Tenemos 400 años, Sr. Wade. ¿Qué son unas pocas décadas? Creo que vale la pena intentarlo.

Cuanto más nos acerquemos, más aprenderemos sobre ellos.

Es la primera propuesta que oigo con la que alcanzamos ese 1% y no tengo intención de morir sin que mi agencia haya conseguido un carajo.

Le buscaremos un despacho.

La interesante serie de televisión, El problema de los tres cuerpos, basada en la serie de novelas de Zixin Lu y de la que hemos extraído este corte con el que hemos abierto este episodio, nos proponía la idea de utilizar detonaciones nucleares para conseguir que una sonda dotada de una vela de radiación